Como comienzo del viaje, cogimos avión directo a la isla, lo que facilita mucho las cosas, el vuelo duró 2h 40 min.
Una vez llegamos al aeropuerto, había un autobús esperándonos para llevarnos hasta el hotel.
Como ya lo hice la otra vez, comentaros que el hecho de llevar un niño en silla no supone ningún obstáculo, ya que hasta la misma puerta del avión vas con la silla y allí mismo haces entrega de ella, la cual te devuelven una vez llegas a tu destino.
Una vez montamos en el autobús, en unos 40 min. estábamos en el hotel, el Sandos Papagayo Arena.
Respecto al hotel comentaros que se trata de un complejo enorme de más de 400 habitaciones, y que está muy orientado al turismo con niños de todas las edades, sin ir más lejos durante nuestra estancia, podemos decir sin exagerar que en el hotel había más de 150 niños alojadosEntrada del Sandos papagayo
Piscinas Sandos papagayo
Una vez llegamos al hotel, nuestra primera impresión fue muy buena, aunque llevábamos buenas referencias y sabíamos que no nos iba a defraudar.
Nuestro primer contacto fue con el comedor, ya que al no estar todavía la habitación preparada nos fuimos a comer, éste era un enorme buffet, el cual era muy variado y tenía cosas muy sabrosas, aunque como todos los buffet tenía una cosa peligrosa, y es que es difícil renunciar a tanta variedad y al final acabas comiendo el doble de lo que deberías, pero solo era una semana y de vez en cuando hay que darle una alegría al cuerpo.
Tras un breve descanso, reanudamos nuestra actividad, sin salir del hotel, estuvimos durante toda la tarde, hasta las 19:00 que cerraban las piscinas disfrutando del agua y del TI comiendo sándwiches, crepes etc.
Tras la cena y dar una vueltilla por uno de los bares del hotel degustando algún cóctel, dimos por finalizado el día.