Este día fue el que más kilómetros hicimos, ya que desde el sur fuimos hasta la parte más norte de la isla. Nuestra primera visita fue la Cueva de los Verdes, una cueva formada por el paso de la colada lávica y la solidificación de la parte superior de la misma, se calcula que esta cueva se formó hace 3000-5000 años. Comentaros que es una visita que merece la pena, ya que una vez dentro impresiona ver enormes cavidades que ha sido capaz de hacer la lava.
Cueva de los Verdes
Entrada a la Cueva de los Verdes
También deciros que aunque el trayecto no es demasiado complicado, con niños pequeños se complica bastante, ya que hay zonas de pendiente y otras donde hay que agacharse bastante, así que a parte del disfrute del lugar sudamos lo nuestro, uno con el bebé en la mochila y el otro con el peque mayor en brazos. Deciros que la cueva guarda un enorme secreto, el cual no os voy a desvelar, pero que merece la pena que lo descubráis por vosotros mismos, así que si os acercáis no dejéis de verla. La entrada tenía un precio de 8€ y siempre es visita con guía, el cual a lo largo del trayecto te explica las distintas características de la misma.
La entrada vista desde dentro
Interior de la cueva
Interior de la cueva
Camino del interior de la cueva
Reflejos curiosos en el interior de la cueva
Salida de la cueva
Justo a 1 km de distancia, se encuentran los Jameos del agua, otra de las atracciones turísticas de la isla, pero por falta de tiempo no pudimos visitarla.
De aquí nos fuimos a la punta más al norte de la isla, el Mirador del Río, el cual se encuentra en lo alto del risco de Famara.
Mirador del Río
El mirador es un edificio el cual se encuentra totalmente mimetizado con el entorno y que fue diseñado por César Manrique, dentro tiene diversas estancias y un mirador desde el cual se ve la isla de la Graciosa. La entrada es de 4,5€ por adulto. A nosotros más que el edificio lo que nos interesaba realmente era la impresionante vista de la Graciosa, la cual se obtiene sin necesidad de pagar entrada, bajando unos pocos metros por una carreterita que está a la izquierda del mirador, así que eso hicimos. A pesar de parecer repetitivo, si os acercáis por la zona, no dejéis de ver la isla, siempre y cuando este el día claro, ya que si no, no os molestéis en acercaros, que no se ve nada.
Isla de la Graciosa
Isla de la Graciosa
Vistas junto al mirador del río
Vistas junto al mirador del río
Tras esta visita nos volvimos al hotel, pero de camino, pasamos por la zona conocida como la Guería, donde pudimos ver infinidad de viñas, pero colocadas de una manera totalmente diferente a como se colocan en el norte de España, ya que aquí todas estaban protegidas con una especie de media luna hecha con roca volcánica, aparte de curioso la verdad es que el paisaje era precioso. Por esta zona también era posible ver zonas totalmente sepultadas por las erupciones volcánicas, donde se podía distinguir claramente hasta donde había llegado la lava.
Formación de viñas (En forma de luna)
Restos de erupciones volcánicas
Bodega en la Gueria
Restos de erupciones volcánicas